Malta; su historia

Aunque Malta es uno de los países más pequeños de Europa, su ubicación estratégica entre Europa, el norte de África y Oriente Medio ha provocado que numerosos pueblos se hayan interesado por estearchipiélago, jugando este un papel clave en la historia de otros muchos países. 

Desde los primeros asentamientos prehistóricos en el año 5.000 a.C. hasta su entrada en la Unión Europea en el año 2004, Malta ha sufrido laocupación de diferentes pueblosque han moldeado su arquitectura, su idioma y su cultura. Vamos a ver más detenidamente cada uno de los periodos históricos: 

Prehistoria y templos neolíticos 

Los primeros pobladores de Malta vienen de Sicilia en el año 5.000 a.C. y son un grupo de homínidos que empiezan a poblar las islas de Gozo y Malta. De su trabajo con la piedra resultan las construcciones de los templos de Hagar Qim, Mnajdra, Tarxien y Ggantija. Estos templos, dedicados a la diosa de la fertilidad, son más antiguos que las pirámides de Egipto y Stonehenge. 

Gran Puerto

Fenicios, cartagineses, romanos y árabes 

Los fenicios llegan a Malta en el 800 a.C., permaneciendo hasta el 218 a.C., su prioridad era usar las islas para aprovisionar sus rutas comerciales por el Mediterráneo, dada su posición estratégica dentro del Mediterráneo. Gracias a su ubicación podían abastecerse en sus rutas marítimas y refugiarse del mal tiempo. 

Más tarde, llegaron los cartagineses del norte de África, quienes residieron en la isla durante 250 años. 

Durante la Segunda Guerra Púnica, entre Roma y Cartago alrededor del 200 a.C., el Imperio Romano le arrebató Malta a los cartagineses. Es durante el gobierno de los romanos cuando la isla vivió una etapa próspera; ya que el tamaño de las ciudades aumentó considerablemente, se realizaron importantes mejoras urbanísticas y se trabajó en la producción de uva, miel, trigo y aceitunas. 

Durante el transcurso de la Tercera Guerra Púnica, entre 149 y 146 a.C., la isla obtuvo la condición de ciudad libremunicipium, disponiendo de libertad propia para controlar sus asuntos. 

Tras la disolución del Imperio Romano de Occidente, en el siglo V, llegaron los bizantinos, para ocupar el archipiélago durante casi cuatro siglos. 

Tras la etapa bizantina llegaron los árabes a finales del siglo IX, debido a la expansión del islam, momento en el cual la población se convirtió al islam adoptando sus costumbres para librarse de posibles represalias. Uno de los legados que dejo la etapa árabe fue el idioma maltés. 

 

Baja Edad Media 

En 1090, los normandos que estaban en la isla de Sicilia llegaron a Malta para quitar el poder a los árabes y cristianizar el país 

En el siglo XIII la Corona de Aragón toma el poder en Sicilia, lo que hizo que Malta pasase a formar parte de la Corona de Aragón. En 1530, el monarca Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y I de España, quien había unificado los reinos de Aragón y Castilla, cedió Malta a los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén a cambio de que le entregasen un halcón y un barril de miel maltesa al año, el pago se realizaba el 24 de junio que es la fiesta de San Juan. 

 

Puerta de Vilhena, Mdina

Los Caballeros de la Orden de Malta 

En el año 1530, tras haber sido expulsados de Jerusalén y de Rodas por el Imperio Otomano, los Caballeros de la Orden de San Juan se establecen en Malta. Su estancia en el país durante 250 años supuso una restauración total de la isla. Alguno de sus avances fue la construcción de importantes bastiones y estructuras defensivas, por ejemplo, el Fuerte de San Telmo. Principalmente se establecieron en las Tres Ciudades; Senglea, Cospicua y Vittoriosa. La aportación más famosa hoy en día fue la cruz de ocho puntas, el emblema que caracteriza la isla, se cree que cada punta representaba una de las ocho nacionalidades de los caballeros. De hecho, actualmente, se conoce como la Orden de Malta y es una orden religiosa católica que realiza labores humanitarias y es miembro observador permanente en la ONU. 

Los Caballeros de esta Orden provenían de familias nobles de toda Europa, y los caballeros formaron “Lenguas”, correspondientes a la región o país de donde provenían. En total había ocho Lenguas dentro de la Orden. Tres de ellas representaban a Francia (Auvernia, Provenza y Francia), también estaban las Lenguas de Italia, Aragón – Navarra, Castilla – León – Portugal, Inglaterra y Alemania. 

Uno de los mayores logros de estos caballeros fue aguantar al Gran Sitio de Malta. En 1551 Malta es invadida por los otomanos, con Dragut Reis a la cabeza, quien se hizo con casi toda la población de Gozo como esclavos. Más tarde, en 1559, los Caballeros perderían la mitad de sus galeras atacando la guarida de Dragut en Túnez. Aprovechando esta situación, Solimán el Magnífico vio la oportunidad perfecta de invadir la isla, ya que era un enclave perfecto para hacerse con toda Europa. Sin embargo, Jean Parisot de la Valette, el gran maestre, presintió la amenaza de los turcos otomanos y se encargó de preparar la isla para ello. Empezando por renovar el Fuerte de San Miguel y San Telmo, se trasladaron las flotas de galeras a Birgu (Vittoriosa), cerraron la entrada al puerto con una gran cadena tendida entre ambos fuertes y se hizo acopio de comida, agua y armas. 

En 1565 llegó una flota con más de 30.000 soldados otomanos y Jean Parisot de la Valette con 700 Caballeros y unos 8.000 malteses, se enfrentó a los turcos. Las fuerzas turcas fondearon en la bahía de Marsaxlokk y toda la población de Malta se refugió tras las murallas de Birgu, Isla y Mdina, llevándose consigo el ganado después de envenenar pozos y cisternas. Los turcos empezaron una campaña de ataques constantes en el fuerte de San Telmo, en el que combatían numerosos otomanos con una centena de malteses. Un mes más tarde, el fuerte fue tomado por los turcos cobrándose las vidas de 8.000 soldados otomanos. 

Y ya empezó el asalto final a las fortalezas de Birgu e Isla por parte de los turcos, que tras varios ataques su moral fue minada poco a poco, hasta que, por fin, llegaron tropas desde Sicilia para ayudar a las fuerzas cristianas; consiguiendo que los turcos que quedaban se dieran media vuelta para retirarse; poniendo así fin al Gran Sitio. 

Después de que los caballeros consiguieran la victoria, a pesar de que los otomanos tenían muchos más militares, tras una de las victorias más sangrientas del país y después de resistir por tres meses el asedio de los turcos; los Caballeros fueron aclamados como los salvadores de Europa. Tras esta victoria, el maestro de la Orden Jean Parisot de la Valette fundó la capital de Malta, La Valeta. Los monarcas europeos estaban muy agradecidos con los Caballeros y los colmaron de dinero y honores, lo que supuso el inicio de la construcción de la nueva ciudad de La Valeta y de sus enormes fortificaciones. 

Interior de la concatedral

Napoleón y la ocupación francesa 

Tras finalizar la guerra, Malta volvió a iniciar una época de crecimiento arquitectónico importante con la construcción de nuevas fortificaciones, iglesias, torres vigías, castillos y palacios. Pero esta paz y prosperidad no iba a ser eterna. 

En 1798, las tropas de Napoleón, con la excusa de utilizarla de paso para llegar a Egipto, se hicieron con Malta. En este caso, los Caballeros no pelearon contras las tropas napoleónicas, ya que estaban agotados y porque se negaban a luchar contra un emperador cristiano. Lo que permitió a Napoleón hacer y deshacer a su antojo: aboliendo la aristocracia maltesa, robando todo tipo de joyas preciadas expropiadas de las iglesias y monasterios. Finalmente, los Caballeros fueron expulsados, inicialmente se refugiaron en Rusia y luego en Italia. 

Los malteses, descontentos con la ocupación, se rebelaron contra los franceses, quienes se tuvieron que refugiar en el Fuerte de San Telmo. El pueblo pidió ayuda a los ingleses, quienes enviaron munición y una flota liderada por el comandante Nelson para poder expulsar a los franceses. Ya de paso, los ingleses se quedaron en la isla por más de 100 años, convirtiéndola en su protectorado. 

 

Malta durante el Imperio Británico 

La corona británica enseguida se dio cuenta del potencial de Malta en medio del Mediterráneo y, en el Tratado de París de 1814, Malta pasó a formar parte del Imperio Británico. Gracias a estar en medio del estrecho de Gibraltar y el canal de Suez, se utilizó como puerto de parada en las rutas hacia la India y fue la base principal de la armada británica en el Mediterráneo. 

Durante los casi 150 años de ocupación británica, la población adoptó varias costumbres inglesas, como el idioma, a conducir por la izquierda, las cabinas telefónicas o el horario comercial. 

Plaza de la República

Malta en la Segunda Guerra Mundial 

En 1940 estalló la Segunda Guerra Mundial; teniendo en cuenta que Malta era británica, quien formaba parte del bando de los Aliados (junto a Francia, China y EEUU) y que su vecina Italia pertenecía al Eje (junto con la Alemania nazi y Japón); la incertidumbre de los malteses se convirtió en realidad. En cierto modo, los malteses estaban tranquilos porque las relaciones con sus vecinos italianos siempre habían sido muy buenas; por otro lado, los británicos dejaron la isla con la idea de que no fuese atacada, aunque se sintieron bastante abandonados. Pero el 11 de junio de 1940 los italianos bombardearon el Gran Puerto, desde este momento, Mussolini bombardeo el país sin descanso, reduciendo a cenizas las ciudades más importantes; sin encontrar apenas oposición por parte de los malteses debido a su escasez de medios. Sólo hubo tres aviones malteses, Los Gladiators, que lucharon contra las flotas aéreas italiana y alemana durante tres semanas hasta que llegó la ayuda británica; razón por la que el rey británico Jorge VI otorgó al pueblo de Malta la Cruz de San Jorge, por su heroísmo durante la guerra. Hoy en día, la cruz sigue luciendo en la bandera del país. Por su ubicación, el abastecimiento de Malta era bastante difícil, de hecho, al acabar la guerra, además de las 35.000 viviendas destruidas, el pueblo se encontraba al borde de la inanición. 

Por desgracia, las islas cuentan con el récor de bombardeos sostenidos más intensos de la historia, ya que las islas maltesas sufrieron un bombardeo que duró un total de 154 días y sus correspondientes noches, con alrededor de 6.700 bombas lanzadas sobre las islas. Este bombardeo se conoce como “El Sitio de Malta”, la versión del siglo XX del Gran Sitio de Malta de 1565. 

Entre otras, la ciudad de la Valletta quedó destruida por completo, razón por la que sus habitantes crearon una Valletta subterránea que usaron para vivir y refugiarse de los bombardeos. Este hecho supuso un punto de inflexión en la arquitectura maltesa, el miedo de la población a ser bombardeada de nuevo les hizo construir la mayoría de sus edificios de color arena, intentando ser invisibles desde el cielo, pareciendo un país sin edificios y dando una imagen de país despoblado. 

La Valeta desde Sliema

Malta en la actualidad 

Tras la Segunda Guerra Mundial, el país estaba destruido y su población machacada física y psicológicamente. Sin embargo, dentro del pueblo maltés resurgió una fuerza particular para devolverle la vida, lo que conllevó a su independencia. 

Malta se independizó de Gran Bretaña en 1964, pero siguió manteniendo a la reina Isabel II como soberana. La historia de Malta cambiaría diez años más tarde, cuando finalmente, se convirtió en una república totalmente independiente del Reino Unido, aunque los generales británicos permanecieron en la isla hasta 1979. Actualmente, Malta pertenece a la Commonwealth. 

En 1989, Malta fue el escenario de la cumbre histórica entre los líderes de la URSS y EEUU, Mijaíl Gorbachov y George Bush (padre), que marcó el final de la Guerra Fría. Las reuniones se celebraron a bordo del trasatlántico soviético Maxim Gorkiy, anclado junto a la costa de Marsaxlokk. 

En 2004, Malta entra en la Unión Europea, lo que implicó una recepción de fondos por parte del país, lo que conllevó ciertas mejoras urbanísticas y una puesta en valor de todo su patrimonio histórico. En 2008 entró en la zona euro, lo que significó cuantiosas inversiones extranjeras y la diversificación de la economía nacional. 

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